Dragones, que sabemos de ellos?
Estas majestuosas criaturas, otra de tantas existentes en el mundo, llena de magia y secretos, misterios no resueltos que nos intrigan entre mas leemos de ellos, mas que nada por las diferentes versiones que nos dan, son buenos o malos?, son criaturas de luz u oscuridad?, son ambiciosos seres de poder o nobles guías de sabiduría?, viven del fuego o pueden en cualquier elemento?
Extrañas preguntas, pero aceptando el hecho que al verlo desde otra perspectiva, por que en oriente se ve de una forma y en occidente de otra?, tal ves precisamente por eso mismo, perspectiva, para unos fue un ser listo, muy inteligente que quería ayudar a la humanidad, para otros una vil bestia que acababa con pueblos por sus ansias de oro y diamantes. daremos un rápido repaso y comparación de lo que se puede encontrar sobre esta misteriosa criatura ancestral.
Dragon
El dragón es un animal mitológico que aparece en diversas formas en varias culturas de todo el mundo, con diferentes símbolos asociados.
Las interpretaciones mas familiares de dragones son los dragones europeos, derivados de la tradición popular y de la mitología de Grecia, Escandinavia y Oriente Próximo, y también los dragones orientales. La palabra dragón deriva del griego δράκων ,
"dragón, serpiente de gran tamaño, o serpiente de agua", que
probablemente viene del verbo δρακεῖν "ver
claramente".
·
Oriente
En Oriente
Próximo, la figura del dragón, simbolizaba el mal y la ruina. En Enuma Elish, una epopeya
escrita alrededor del 2000 a. C.,
la diosa Tiamat era un dragón que simbolizaba los
océanos y comandaba las hordas del mal, cuya destrucción previa era necesaria
para crear un nuevo universo ordenado.
También en la Biblia hebrea el dragón representa el mal. En
la mitología persa destaca el caso de Azi Dahaka, un dragón malévolo. En
Rumanía, se habla del dragón geta-dacio, que tenía cabeza de lobo y cola de
serpiente. Esta imagen era empleada en la guerra ya que en la bandera de Dacia aparece un dragón.
En
muchas culturas orientales los dragones eran, y en algunos cultos son todavía, reverenciados como
representantes de las fuerzas primitivas de la naturaleza y el universo.
En Oriente, el dragón siempre se ha considerado una
criatura benéfica y un símbolo de buena fortuna.
A diferencia de sus congéneres occidentales, los dragones orientales no escupen fuego ni tienen alas,
aunque normalmente pueden volar gracias a la magia. Un dragón típico de Oriente
tiene cuernos de ciervo, cabeza de caballo, cuello de serpiente, garras de
águilas, orejas de toro y bigotes largos como los de los gatos. En las leyendas
chinas hay dragones que vigilan los cielos, dragones que traen la lluvia, y
dragones que controlan los ríos y arroyos. En Japón, donde se los tiene por
seres sabios, amables y siempre dispuestos a ayudar, los dragones han sido,
durante siglos, el emblema oficial de la familia imperial.
Los dragones chinos y japoneses simbolizan el poder
espiritual supremo, el poder terrenal y celestial, el conocimiento y la fuerza,
y por lo tanto son benévolos. El dragón es la insignia más antigua del arte de
estos países. Proporcionan salud y buena suerte y viven en el agua. Según las antiguas
creencias chinas, traen la lluvia para la recolección. Es por eso que el dragón
se convirtió en el símbolo imperial de ese país.
En el Himalaya representan la buena suerte.
Corea, como se dijo antes, también tiene sus dragones, de
similar carácter positivo.
Las tribus
nórdicas de Europa asociaban su folclore con varios aspectos terroríficos del
dragón.
La mitología
germana incluye al dragón entre las fuerzas del inframundo. Se
alimenta de las raíces de Yggdrasil,
el fresno sagrado que extiende sus raíces a
través de todos los mundos. Los antiguos escandinavos, adornaban las proas de
sus naves esculpiéndolas en forma de dragón. Usaban esta decoración en la
creencia de que así asustarían a los espíritus que vigilaban las costas a las
que llegaban. También los dragones aparecen en poemas germanos: en Beowulf, un poema épico anglosajón, el más antiguo que se
conserva. Un hombre llamado Beowulf, que había librado a su pueblo de un
monstruo mitad hombre y mitad diablo, luego, ya convertido en el rey, lucha
contra un dragón, disputa en la que ambos mueren. En el Cantar de los Nibelungos, un
poema épico medieval anónimo, Sigfrido mata a un dragón, llamado Fafnir, y al ungirse con su sangre se hace inmune a todo mal.
Para los celtas,
el dragón era una divinidad de los bosques, cuya fuerza podía ser controlada y
utilizada por los magos. Entre
los conquistadores celtas de Britania fue símbolo de soberanía, y durante la
ocupación romana de la isla adornó los estandartes de guerra, convirtiéndose en
un símbolo heráldico y luego militar.
Entre los romanos, como se dijo más arriba, el dragón era
considerado un símbolo de poder y sabiduría.
Para la mitología
eslava, el dragón era una de las formas que adoptaba el dios Veles, señor del Mundo Subterráneo,
adversario de Perún, dios del
trueno.
Los cristianos heredaron la idea hebrea del dragón,
que aparece en el Apocalipsis,
del apóstol Juan, y en otras
tradiciones posteriores. En el arte cristiano del Medievo simboliza el pecado y al aparecer bajo los pies de los
santos y mártires representa el triunfo de la fe y los reinos cristianos sobre
el diablo. La leyenda de San Jorge y el dragón, ilustrada en la figura de
la derecha, muestra claramente este significado.
En el simbolismo medieval la idea de lucha contra
dragones sirvió para fortalecer la motivación de los reinos cristianos. Se presentaban a menudo también como
representaciones de la apostasía, la herejía y la traición, pero también de cólera
y envidia, y presagiaban grandes calamidades. Varias veces significaban la
decadencia y la opresión, aunque sirvieron también como símbolos para la
independencia, el liderazgo y la fuerza.
Los colores a menudo determinaron el simbolismo que un
dragón tenía. En la pauta del viaje
del héroe, los dragones
representaron el obstáculo o el temor, y el paso necesario para volver al
hogar, y como muchos dragones se presentan también como la encarnación de la
sabiduría, en esas tradiciones matar a uno de ellos no sólo daba acceso a sus
riquezas sino también significaba que el caballero había vencido a la más
astuta de las criaturas. Otra faceta del dragón en la mitología clásica de la
época caballeresca es el dragón como guardián que custodia o secuestra princesas en sus castillos.
En el occidente de la actualidad es casi siempre
concebido como una criatura malvada, poderosa y cruel, estereotipo extraído
tanto de las antiguas leyendas como de las más modernas películas.
La mayoría de los autores llaman serpientes a los
dragones mesoamericanos, pero ya que etimológicamente la palabra dragón
significa serpiente entonces tomaremos el término cóatl como dragón en el caso de los seres
mitológicos mencionados a continuación en lugar del significado literal
"serpiente" para diferenciarlos de las serpientes y víboras, las que
tienen sus propios significados.
En la
Mesoamérica prehispánica existe una gran tradición de veneración a la serpiente
como animal sagrado. Gracias al intercambio cultural debido en gran medida a
las constantes guerras de conquista de algunos imperios mesoamericanos y el
intercambio comercial de otros tantos, no era de sorprenderse que muchos
pueblos compartieran no sólo creencias, sino que los dioses extranjeros
súbitamente formaran parte integral de un panteón dado. De esta manera las
criaturas mitológicas también eran absorbidas por la gente e incluidas en el
folclore y religiones de dichas naciones.
Las serpientes mesoamericanas a menudo son acompañantes
de dioses a quienes asisten en sus deberes. Tal es el caso del dios tutelar de
los tenochcas, Huitzilopochtli, a quien un dragón de fuego asiste como arma.
Algunos dioses responsables de la lluvia (excepto Tlaloc) montan serpientes de
viento mientras lanzan dardos y flechas a las nubes ocasionando la lluvia.
Algunas características casi siempre presentes en las
serpientes mesoamericanas son:
· Cuerpo
serpentino o de serpiente.
· Plumas (en
tocado o como símbolo de divinidad).
· Capacidad de
volar.
Así pues, ejemplos de los dragones mesoamericanos son:
Nahuas
Si bien los nahuas son un grupo étnico, su
cultura influenció a los pueblos adyacentes, particularmente a los que
adoptaron su lengua, como los aztecas que se asentaron en el Valle y se
convirtieron más tarde en mexicas, pero estas categorías de dragones eran
reconocidas por la mayoría de las culturas nativas del Valle de México.
Ehécatl --
Serpiente de viento. Decían los antiguos nahuas que el dragón de viento barría
con su aliento la tierra preparándola para recibir el regalo del agua divina,
de esta manera se explicaban que el viento que sopla anunciando la inminente
lluvia.
Mazacoatl --
Serpiente venado. Este tipo de serpientes son viciosas, mitad venado mitad
serpiente, es un ser que disfruta al seducir a los mortales para después
devorarlos. Desempeña un papel similar al de las sirenas o las arpías de la
mitología griega.
Ocelocoatl --
Serpiente Jaguar. La serpiente jaguar tiene la mitad anterior del cuerpo como
el de un jaguar y de la cintura a la punta de la cola tiene el cuerpo de una
serpiente. Ésta simboliza la tierra (jaguar) y el agua (serpiente) en relación
dependiente la una de la otra.
Quetzalcóatl --
Serpiente preciosa. La traducción literal anteriormente usada de ‘serpiente
emplumada’ ha ido cambiando conforme a nuevos hallazgos e interpretaciones de
las culturas nahuas. El término "quetzalli" en el caso de Quetzalcoatl significa precioso debido al plumaje
reluciente del dragón, recordemos que las plumas eran utilizadas por los
pueblos americanos a manera de joyas y las plumas del quetzal eran las más
preciosas de todas, de ahí que el término haya pasado de ‘serpiente emplumada’
a ‘serpiente preciosa’ o ‘hermosa serpiente voladora’ que es un término más
conceptual y no una mera traducción literal. Así bien, la serpiente preciosa
posee un plumaje de brillantes colores en donde predomina el verde turquesa,
además de un gran tocado de plumas rodeando su cabeza a manera de melena. Y en
una pirámide está representado que en el equinoccio baja una serpiente del
cielo. Aparece representado en muchas culturas como ornamento en muchas partes,
desde vasijas ornamentadas hasta templos y edificios. La serpiente preciosa es
casi exclusivamente identificada con el dios tolteca Quetzalcóatl, el que fue
reverenciado por múltiples culturas del Valle de México como los teotihuacanos,
los propios toltecas y hasta los tenochcas, como podremos evidenciar en el arte
de cualquiera de estos pueblos. Alfonso Caso lo traduce como "mi gemelo
precioso", debido a que Venus aparece a un lado y otro del cielo,
representando a Quetzalcóatl y Tezctlipoca, según sea de mañana o al caer la
noche.
Xiuhcóatl -- Serpiente de fuego. Se trata de una
serpiente color verde turquesa que puede verse en los cielos nocturnos cuando
cruza el firmamento a toda prisa como estrella fugaz. Su apariencia es similar
a la de la ‘serpiente preciosa’, pero se puede diferenciar ya que en algunas
ocasiones es representado como rojo con flamas turquesa alrededor de su cuerpo
y con un tocado de largas plumas en vez de la melena característica de la
serpiente preciosa, además, frecuentemente se representa con un cascabel en la
punta de la cola.
Mayas
Tepew y Kukumatz: según las historias del
Popol Vuh, Tepew y Kukumatz fueron dos dioses que tomaron forma de serpientes y
dieron forma y orden a todo lo creado por Corazón del Cielo a partir del caos
primitivo. Cabe destacar que Kukumatz comparte muchas características con el
maya Kukulkán o el tolteca Quetzalcóatl.
No obstante lo anterior, varios estudiosos de las
culturas mesoamericanas no consideran correcto utilizar el concepto de
"dragón", para referirse a las serpientes sagradas objeto de culto de
dichos pueblos.
2. Sudamérica
En torno a Los Andes se creía en el poder que ejercían
las "serpientes del abismo marítimo y de la montaña esplendorosa".
Estas eran criaturas de grandes proporciones que también son considerados
dragones. Así por ejemplo, las que se veneraban en los Andes centrales difieren
de aquéllas de los extremos del Imperio
Inca .
Las bestias de la mayor parte de Sudamérica estaban
ampliamente relacionadas con enormes serpientes que se remontaban con los
orígenes de la humanidad, coincidiendo con otras regiones del planeta. Pero, a
diferencia del viejo mundo, estos dragones no presentan unicidad ni en sus
características predominantes ni en sus actitudes, aún siendo de aspectos
semejantes. De hecho, tales dragones mantenían una historia de conflictos entre
sí que se remonta al primitivo pasado de las culturas americanas. La leyenda de Ten Ten y Cai Cai Vilu refleja esto, al enfrentarse ambas
serpientes por el futuro del pueblo Mapuche.
Para los Muiscas,
pueblo indígena de Colombia, creían en Chiminigagua, dios creador en forma de
serpiente de fuego bajo a la sagrada laguna de Iguaque, y creó a los padres de
la humanidad, Bachue y su joven acompañante, vivieron y tuvieron hijos, que
después de un tiempo los dejarían hasta convertirse en dos serpientes acuáticas
para vigilar a su pueblo, dentro de la laguna de Iguaque; tiempo después el
primer Zaque de la sabana de Bogotá, Hijo de Sue o el sol era un hombre en
forma de dragón de color verde.
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